La Salpêtrière era, en el último tercio del siglo XIX, lo que nunca había de ser:

"una suerte de infierno femenino, una città dolorosa con cuatro mil mujeres, incurables o locas, encerradas allí. Una pesadilla en un Parías listo para vivir su belle époque." (Didi-Huberman)

Las sillas del comedor en medio del camino que llevaba del pueblo a la quebrada, cuidadosamente organizadas, es una imagen recuerdo, sobre la cual no tengo certeza de si realmente ocurrió. Vivíamos en ese entonces en Cumbitara, la casa quedaba al pie del camino y justo allí empezaba la colina. En medio de ese paisaje, el mobiliario doméstico fue instalado en el mayor silencio, y fue así como esa imagen terminó por acompañarme, sin saber muy bien lo que significaba. Desde mi práctica artística se volvió recurrente la idea de un paisaje híbrido, reconstruido y resignificado por unos elementos que le eran ajenos, pero al mismo tiempo acogidos con tanta naturalidad, como si hubiesen estado predestinados a ese lugar.

Las tres vigilias es una obra en la cual busco repensar la condición de síntoma y de los cuerpos destinados a la marginalidad -al no encajar en los parámetros de una normalidad establecida- con vistas a proporcionar tranquilidad a un entorno social. Esta reflexión planteada a partir de la expresión artística toma como punto de partida una imagen recuerdo sobre la enfermedad de mi madre y la iconografía visual de la histeria creada en la clínica Salpêtrière de París. La histeria fue una de las enfermedades mentales más documentadas fotográficamente, consolidando un imaginario visual de movimientos y contorsiones que llegaron a asemejarse a la iconografía clásica y renacentista estudiada por Aby Warburg, en ambos casos se habla de un síntoma que se hace visible en formas plásticas. En ese sentido es natural pensar que el cuerpo convulsionado de las histéricas, conserva una intensidad semejante al pathos, presente en muchas de las imágenes de la historia del arte. Dicha similitud puede ser entendida como las pasiones que se manifiestan a través del gesto, asumiendo posturas similares en tiempos heterogéneos.

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Ficha técnica:
LAS TRES VIGILIAS
Instalación video proyección y 3 sillas
metálicas de 280, 210, 200 alto x 34x30 cm
Dimensiones variables (entre 3 a 4 mÇ aprox)
2019
Cámara: José Domingo Garzón, Ximena Velásquez, Actriz: Ángela María Ballesteros, Asistentes de producción: Jorge Peñuela, Fernando Montes
Agradecimientos: Erika Martínez Cuervo, curadora, ARTBO/ SALAS, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Programa Licenciatura en Artes Escénicas UPN